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Cuervo de Puerto Rico revela todo sobre aquel fatídico día hace 2 dos años en donde casi pierde la vida

El Cuervo de Puerto Rico recientemente rompió el silencio en entrevista con Michael Morales Torres de Lucha Libre Online. Este habló sin censura alguna del incidente ocurrido en México con un bloque de cemento que casi le cuesta la vida. En la entrevista, Cuervo detalla ese fatídico día, recuerda lo ocurrido y lo cataloga de un atentado y no un accidente. En adición, revela su proceso de recuperación y cómo es hoy día un milagro de vida. Cuervo también nos relata su experiencia con AEW y que se sintió llegar a la cima cuando muchos decían que no volvería a luchar.

Cuervo de Puerto Rico: 

“Mira, recuerdo mucho. Yo he hecho mi rompecabezas. Yo soy El Cuervo de Puerto Rico y soy puertorriqueño. Estoy en México sólo. Ese viaje yo lo hice sólo. No estuve acompañado de nadie. Fui un poquito atrevido. Ese día yo me sentía incómodo. El ambiente no se sentía bien. Era notable en lo actitud. Yo recuerdo. Los bloques nunca los vi en el camerino. No era un acuerdo. Jamás yo le voy a decir a alguien y creo que nadie le diría a otra persona: ‘Mira, tírame un bloque en la cabeza’. Porque me va a matar. Nunca los vi en el camerino. Y definitivamente los compraron para hacerme daño. Envidia. No hay de otra. Durante la lucha, este personaje se desaparece. Yo no se lo que está pasando. Bajé la guardia. Y cuando regresa, regresa con dos bloques. A lo que yo entiendo, va a coger los dos bloques y una madera y con eso improvisar. Le doy la espalda. No tengo la malicia en ese momento. Y voy a buscar debajo del cuadrilátero algún objeto de lucha libre extrema porque la lucha me la vendieron como lucha de ataúd y era la primera vez que luchaba con ese ser. Y no me hacía lógica. Porque para tú llegar a una lucha de ataúd, debías tener una riña ya y es la última lucha. Ese evento yo no lo tenía en el itinerario de las luchas que iba a hacer en México. Yo tenía todo. Dónde y cuando me iba a presentar. Ese evento apareció como una puerta, o yo entendí, que era una puerta que se me abría, por lo que estaba haciendo. Pero era una trampa. No era una puerta. Para mi, era una trampa. Ese día viajo dos días de distancia. Sólo. Cuando él regresa al cuadrilátero, el día antes, parte de los creativos de la empresa se me acercan y me preguntan: ‘¿Qué tipo se objetos voy a usar en la lucha?’ A lo que yo el dije: ‘¿Objetos porqué? Si es una lucha de ataúd’. A lo cual me informaron que ahora sería de ataúd y extrema. Yo decía que no hace sentido. Le vas a dar la lucha de ataúd al público y la gente quiere ver quien cae dentro del ataúd. ¿Pero para que reglas extremas? A mi no le hacía sentido. A lo que me respondieron: ‘Acá en México las cosas son totalmente diferentes’. Yo les dije que podía usar un tipo de objetos pero otro tipo de objetos no. Era más bien la bombilla de halógeno. Yo las prohibí. Porque el promotor extranjero le gustan los babyface con cuerpos bonitos. No quiero que me vean siempre como un luchador hardcore. Yo tengo más que demostrar. Yo puedo hacer todo tipo de lucha”. 

“Cuando ya estamos en el evento, yo estaba totalmente ajeno”. “Nadie sacó los bloques. Los compraron nuevos para mi. Cuando verifico debajo del cuadrilátero es que yo tenía una silla. Esa silla estaba en un area en donde yo la puse en un área aparte. Entiendo que los objetos de una lucha extrema están debajo del cuadrilátero”. 

“Yo voy a buscar debajo del cuadrilátero no había absolutamente nada. Justo cuando me doblo para coger un objeto que no hay nada, el personaje está haciendo así (diciéndole a la gente que haga silencio). De donde buscó los bloques, toma el bloque con toda la malicia del mundo y me lo lanza sin piedad. Yo estando de espalda. Ya me estaba enderezando y había dado el primer paso. Y el bloque que me da. Yo caigo al suelo inconsciente. Yo no recuerdo nada. Lo único que recuerdo es cuando me enderecé y di el primer paso. Gracias a Dios lo tengo en mi memoria. La información que tengo es que la ambulancia tardó una hora en llegar. No había camillas en el lugar. A mi, el médico me hizo caminar desde el cuadrilátero hasta el camerino. Debido a que el camerino estaba en un segundo nivel, había una escalera giratoria que cabe una sola persona. ¿Cómo yo subí? No lo sé. Me hicieron caminar. Lo que me pudo haber ocasionado un derrame cerebral. Yo no soy médico y lo sé. Me pudo haber matado el hecho de ser irresponsable y haberme hecho caminar. Tengo entendido que L.A. Park es quien hace la llamada para una ambulancia y moviliza todo. Llega la cruz mexicana y me atienden. Me llevan a un hospital y me dan 3 CPR. No están las maquinas adecuadas para mi situación. Ahí es donde me llevan al Hospital de la Cruz Mexicana y es ahí donde me operan de emergencia. 35 puntos en la cabeza. Yo despierto días después y estoy desorientado. Lo único que yo veía era una persona distinta en mis pies. Eran fanáticos y luchadores que no conocía que me estaban cuidando. Fuera del hospital, debido a que no dejaron pasar a muchas personas, había mucha gente. Estaba Ricky Banderas (Mil Muertes) tratando de darle conocimiento a la gente vía Live en video sobre mi situación. Había muchas personas. Cada vez que despertaba había alguien diferente. Estaba OT Fernández (luchador puertorriqueño) que estaba allá en aquel entonces. 5 o 6 días después me levanto de la cama y comienzo a caminar y los médicos me regañaron porque se supone que estuviera mínimo un mes en cama. Cuando a mi me dan el alta, como una semana y media después, habían médicos en Monterrey que decían que era imposible y que lo mío era completamente falso, porque una persona con fractura en el cráneo y coágulos de sangre en el cerebro jamás se va a levantar y caminar. Se supone que yo estuviese en cama o en estado vegetal”. 

“En mi mejor momento me pasa este atentado. Porque no fue un accidente. Fue un atentado. Fue en contra de mi. En contra de mi salud. Ver el personaje que nunca pidió disculpas. Siempre en gimmick. Decía: ‘Que chingue su madre’. Ver ese anti-profesionalismo, ese antiprofesional. Esa basura. Que muchos en la cultura mexicana estaban en contra de él y decían que no lo representaba”. 

“Los psicólogos me decían que nunca viera el video. Yo les hice caso. Ellos me decían que no era un accidente. Porque cuando yo despierto y pregunto qué pasó, me dicen: ‘Tuviste un accidente’. Pero yo no entendía. No tenía pelo. Me recortaron el pelo. Tengo una cicatriz a vuelta redonda. 35 puntos. Siento los puntos. No entiendo nada. Estoy aturdido. Tengo dolor. Fue bien difícil esa recuperación. En diciembre decidí ver el video. Y ahí fue que ocurrió lo que los médicos trataron de advertirme. Iba a retroceder en mi recuperación. Caigo en depresión, ansiedad y ataques de pánico. Me atiendo y busco ayuda profesional para atenderme esos puntos”.

Créditos a Luis Cottes por el arte. Pueden escuchar esta historia de superación e inspiración ahora mismo:

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