¿Es Sami Zayn y el Yes Movement lo mismo?
Por Américo Guzman.
Tienes a un luchador como Sami Zayn tratando de ser relevante y se une a la mejor agrupación de inicios de la década: The Bloodline. Ayuda a sus compañeros, y en ocasiones, usa su cuerpo para salvar a otros luchadores. Una figura de esos que quieres en tu equipo siempre. Lo bancas, le tienes cariño, y los fanáticos están con él a pesar de estar en el bando rudo. Algo digno de estos tiempos.
Él no buscó al fanatico: ellos llegaron. Pero como todo ser humano llegan dudas y preguntas sin responder. Vienen fricciones, desconfianzas, choques y reproches.
Pasan los días y las dudas siguen. Tu amigo de toda la vida te pide que no estés ahí. Te dice muchas verdades que te hacen pensar, pero por fidelidad sigues con esa agrupación para ser relevante. Algo parecido a una relación tóxica de parejas, pero sin finales trágicos. Y llega el momento de decidir.
Te confundes, sufres, confundes a los que son tus compañeros, toma decisiones en caliente. Pero no hay marcha atrás y hay que decidir. Llega el momento y tu líder del grupo te pide que acabes con tu amigo para probar tu fidelidad. Algo que llevabas pensando, probabilidades, si salirme de ahí o no.
A los fanáticos no les importa porque te quieren como sea. Tomas la decisión: mandas a sillazo a tu jefe y se acaba la fidelidad y así entender lo que dijo tu amigo en un principio. Los fanáticos sonríen porque siempre estuvieron contigo. Pero esto ya pasó algunos años con un luchador de calibre como Daniel Bryan (Bryan Danielson). ¿Sami Zayn se ve en Daniel Bryan en su feudo con La Autoridad para el 2014? Se pensaría que sí, pero en realidad no tanto.
En lo único que podemos asimilar es en el respaldo del público. Ambos son castigados semana tras semana hasta conseguir la aprobación del fanatico. Son sacrificados, pero uno buscó la forma de hacerlo de forma correcta mientras que otro buscó la forma de hacerlo tratando de ser relevante. Mucha gente no sentía simpatía con Sami Zayn, pero su sacrificio con The Bloodline consiguió ese respaldo que sin querer obtuvo. A partir de ahí las cosas no son tan iguales.
Daniel Bryan entre el sacrificio buscaba ser campeón en la WWE. Algo que le fue arrebatado meses antes por Triple H, Randy Orton y toda La Autoridad. Sami Zayn consiguió una oportunidad por los títulos unificados de la WWE luego de su salida de The Bloodline. Pero en realidad Sami Zayn lo que quiere ser es relevante. Lo consiguió con la ayuda del público que no buscó pero siempre estuvo ahí.
Ya nadie puede juzgar si es bueno o no. Solo los que lo conocen de épocas pasadas saben de la calidad de este luchador, sus batallas y títulos ganados. No hay ningún movimiento que valga aquí. Salvo si el público está con uno o no. Daniel Bryan lo creó y los fanáticos se unieron, mientras tanto Sami Zayn no lo creó pero los fanáticos están con él gane o pierda. Uno crea un movimiento y el otro es el movimiento.
¿Esto afectará en el futuro a Sami Zayn? Depende de él y los fanáticos. Ya él es relevante y si quiere más debe seguir buscando a esa gente que lo atina. Pero, en un hipotético caso, es campeón en Elimination Chamber este sábado. ¿Le afecta? Sí. Si es campeón, ya consiguió el oro máximo.
¿La gente pensará igual que antes? La realidad es que no. En estos tiempos en que nada es consecuente, ese sacrificio de Sami Zayn se acabará. Porque la gente quiere ver a otros sufrir, y cuando ya lograste lo máximo te abandonas porque ya no hay una razón de ser. Tal como pasó con Daniel Bryan.
Por lo tanto no, ni el Yes Movement ni Sami Zayn son parecidos porque como dije anteriormente: Sami Zayn es el movimiento.